La pandemia de COVID-19 implicó una amenaza tangible contra la salud física de la población mundial y afectó, de una u otra manera, la salud mental de gran parte de las personas aisladas en el mundo (UNICEF 2020, Kestel 2022, Organización Mundial de la Salud 2022, Labos et al. 2021). Además, puso en jaque las formas en que nos vinculamos con las demás personas y con las instituciones primordiales en el desarrollo social, como hospitales, centros comunitarios y unidades académicas. Frente a este contexto de emergencia, y desde un posicionamiento situado como adscriptas de la cátedra de Traducción Literaria 1 (inglés) a cargo de la Dra. María Laura Spoturno (UNLP), nos preguntamos de qué manera “la transición repentina a los espacios virtuales repercutieron en la calidad de la enseñanza” (UNESCO 2022, 6). En concreto, buscamos analizar nuestra propia experiencia al atravesar la Enseñanza Remota de Emergencia (Hodges et al. 2020) como adscriptas alumnas y graduadas entre el año 2020 y el corriente, poniendo el foco en la dimensión ética inherente a todo proceso de enseñanza y aprendizaje. Tal como se ha estudiado en Argentina y en el mundo (Del Valle, Perrota, Suasnábar 2021; Brumat 2022; Delgado 2023), las nuevas formas de enseñar que impuso la pandemia han impactado de forma sustancial sobre el estudiantado y la comunidad universitaria toda. Una de las preocupaciones centrales durante el período 2020 y 2021 constituyó la necesidad de saldar la brecha digital (Castaño 2008). Por un lado, pretendemos abordar nuestro recorrido, para comprender qué tipo de herramientas nos permitieron colaborar con el cuerpo docente de la cátedra y sortear los desafíos. Como afirma Spoturno, “es imperativo que el aula de Traducción Literaria 1 recoja la palabra del estudiantado y la intervención de las adscriptas de cátedra” (2024, 171). Por otro lado, buscamos también detallar cuáles fueron las prácticas que se incorporaron a la cátedra y que influyen hasta hoy en las formas de enseñar en el contexto áulico. Finalmente, sabiendo que la universidad pública no solo forma profesionales, sino, especialmente, personas para la conformación de las futuras sociedades, buscamos indagar sobre la necesidad de retejer (Segato 2016) los vínculos y las diferentes maneras de construir comunidad universitaria (Pardo Kuklinski y Cobo 2020) que impuso el período de aislamiento. En particular, pretendemos reflexionar acerca de lo que significó la oportunidad de ser adscriptas y comprender cómo esta etapa, contribuyó de forma primordial a nuestra propia formación personal y profesional.