En un sistema universitario con una fuerte vocación democrática como el argentino, la tensión entre ampliación en el ingreso y bajas tasas de permanencia y graduación se constituyen en un desafío central para las políticas institucionales y académicas (Tedesco et al, 2014; García de Fanelli, 2015; Chiroleu, 2013; Ezcurra, 2005, 2011). En este sentido, cualquier transformación en pos de mejora de las condiciones de aprendizaje y graduación no puede dejar de reconocer a los/as docentes como actores centrales (Aberbuj et al, 2019; Pogré et al., 2018; Aberbuj et al 2017; Gorostiaga et. al., 2017; Aberbuj y Zacarías, 2015; Tedesco et al, 2014; Ezcurra, 2011; Feldman, 1999, Camilloni, 1995). Así como expresó Siegel (2005), ningún esfuerzo en torno a la retención puede lograr efectos relevantes y a largo plazo sin el compromiso del profesorado y a través de sus prácticas.
El objetivo de este trabajo es describir y analizar una experiencia de investigación-acción que, a través de una estrategia de formación docente situada, se propuso modificar reflexivamente las prácticas de enseñanza en 14 materias de primer año de las licenciaturas e ingenierías de Ciencia y Técnica en una universidad nacional del área metropolitana de Buenos Aires, Argentina. Esta ponencia realiza un análisis de los proyectos e informes de mejora de la enseñanza escritos por los equipos docentes entre el 2011 y el 2021, los cuales cristalizan todo el trabajo de reflexión desarrollado entre equipos docentes, con el apoyo de un equipo pedagógico externo.
A partir de este análisis, se han identificado algunos resultados o tendencias de mejora en las 14 materias con las que se trabajó. En primera instancia, se evidenció una complejización de los modos de pensar la propia práctica al interior de los equipos docentes: de definir los problemas pedagógicos y de pensar estrategias para abordarlos. Inicialmente los equipos tendían a identificar los problemas como centrados en los/as estudiantes –sus características, trayectorias previas e intereses personales–; sin embargo, con el correr de los años comenzaron a ser pensados como problemas centrados en la práctica docente y posibles de ser abordados por el equipo docente. Asimismo, se instaló en la agenda de los equipos docentes la pregunta por el oficio docente y por el aprendizaje estudiantil. Por último, se observó que el trabajo colectivo asociado a los Proyectos de mejora de la enseñanza, redundó en prácticas de enseñanza cada vez más diversas, robustas, coherentes e integradas.