El trabajo académico en la universidad está regulado por diversas políticas, actores, instrumentos y criterios de evaluación. En este sentido, pueden identificarse dos circuitos que orientan y configuran la actividad de las/os docentes.
Uno de ellos se desarrolla en el marco de las Universidades Nacionales, donde se despliega un complejo entramado de estatutos y reglamentos que evalúan a las/os docentes en sus distintas funciones universitarias (docencia, investigación y extensión) para el acceso, permanencia y promoción de la carrera docente/académica. Otro, con foco en investigación, está representado por agencias y organismos de financiamiento de la investigación como la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) y la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) a través del Programa de Incentivo a los docentes Investigadores. Estos últimos constituyen actores claves en el campo universitario al orientar las prácticas de las/os docentes a través del otorgamiento de becas de investigación, plazas para el ingreso y la promoción en la carrera de investigador/a, subsidios para la ejecución de proyectos de investigación, etc.
Los diferentes circuitos y actores anteriormente señalados no podrían pensarse de manera aislada ya que regulan a distintos niveles el trabajo académico, delineando las actividades o funciones que serán valoradas positivamente y que por lo tanto conviene priorizar.
El presente trabajo, que forma parte de una investigación más amplia enmarcada en una Beca Doctoral de CONICET, se propone identificar los distintos dispositivos de evaluación que configuran el trabajo académico, sus objetivos y propósitos, criterios, instrumentos y procedimientos. Además de estas dimensiones de análisis, se buscarán reconocer -en estos mecanismos- componentes de la evaluación responsable, una iniciativa que surge a nivel internacional bajo los principios de calidad e integralidad de la evaluación en investigación. A partir de esta, se promueven indicadores y análisis cualitativos, evaluaciones mediadas por pares, indicadores situados, mayor transparencia y visibilidad de criterios, entre otros aspectos.